jueves, 18 de septiembre de 2008

Atraméntum

No se detiene, hemofílica ante mi desesperación. Un sonido desgarrador marca el paso del surco mientras mi catatonia llega a su fin. Las palabras desorientadas en el espacio convergen, sus esfuerzos vanos. Solo quiero estar arriba, sobre los vidrios que encontraron las llaves, compartir, descansar por fin.
Por un momento todo tiene sentido, la injusticia, la soledad, maldita imprenta. Pero en el instante que cierro el manual me veo obligado a pintar sobre el lienzo... y yo no sé pintar. 

1 comentario:

M. Chavarría dijo...

Mae, me encanta. Siga escribiendo, retome el blog. :)